Imaginalo. A él, a su risa, a esos labios que te piden un último beso. Y dáselo, ¿por qué no? Si la vida son dos días.
Te voy a dar un truco. Atento. Consiste en ser feliz. Y ya. Sonreirle a la vida, demóstrandole que eres más fuerte que las piedras que pone en tu camino.
Anda, cabeza alzada, pecho fuera, sonrisa en el rostro. Sé idiota, que la vida son dos días. Y ya, no pienses en un por qué, ni en una razón.
Quizá, eso es lo que pasa. Que no la hay, no hay razón concreta en este mundo de locos para ser feliz.
Y que más dará! Tú sonrie, y pista ;)
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