Tú. Tú y ella. Y precisamente, esa imagen no me hacía feliz. Me debatía entre llorar y gritar, me sentía rota por dentro... no, más bien, vacía. Me traicionaste. Me dejaste aquí, sin decir adiós, sin despedida. Y yo seguí queriendo mentirme cada día, pensando en que tenía arreglo.
No. No puede ser. Una persona no deja de sentir algo tan intenso en unos días. Tiene que... seguir recordando nuestros besos, nuestros abrazos, esas tardes interminables llenas de te quieros...
Y ahora? Que va a pasar? Me muero aquí, sufro hasta... sabe dios cuándo...
QUE?
No puedes decir que ya no soy nada...
TE ECHO DE MENOS
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